
Sueñas con un jardín exuberante y un césped que parezca sacado de una revista? Muchos creen que con solo cortar el pasto de vez en cuando, el trabajo está hecho. Pero la verdad es que lograr un césped sano y hermoso va mucho más allá de una simple pasada de máquina. ¡Requiere conocimiento y un poco de cariño!
En este post, queremos compartir algunos secretos y consejos que te ayudarán a entender mejor qué necesita tu pasto para lucir siempre verde y fuerte.
1. El tamaño importa (¡y Mucho!)
Uno de los errores más comunes es cortar el pasto demasiado corto. Si bien puede parecer que así te ahorras un corte, en realidad estás debilitando la planta. Un corte muy bajo expone las raíces al sol, favorece la aparición de malezas y hace que el pasto sea más susceptible a enfermedades.
El consejo: La regla general es cortar solo un tercio de la altura de la hoja en cada pasada. Para la mayoría de los céspedes, una altura de entre 5 y 8 centímetros es ideal. Esto permite que el pasto desarrolle raíces más profundas y sea más resistente.
2. ¿Cuándo es el Mejor Momento para Cortar?
Cortar el pasto húmedo es un gran “no”. El pasto mojado se corta de manera desigual, puede obstruir la máquina y favorece la propagación de enfermedades.
El consejo: Espera a que el rocío se evapore o después de una lluvia ligera. Lo ideal es cortar el pasto cuando esté seco, preferiblemente por la mañana o al atardecer, para evitar el estrés del sol fuerte.
3. La Importancia de las Herramientas (¡y su Mantenimiento!)
Una máquina cortadora de pasto con cuchillas desafiladas es como intentar cortar con un cuchillo de cocina sin filo: en lugar de un corte limpio, desgarras el pasto. Esto deja las puntas de las hojas dañadas, con un aspecto amarillento o marrón, y abiertas a enfermedades.
El consejo: Asegúrate de que las cuchillas de tu cortadora estén siempre afiladas y balanceadas. Un buen mantenimiento de la máquina no solo prolonga su vida útil, sino que garantiza un corte impecable para tu césped.
4. Nutrición y Riego: El Alimento de tu Pasto
El pasto, como cualquier planta, necesita nutrientes para crecer fuerte. La falta de ellos se manifiesta en un color pálido, crecimiento lento y mayor susceptibilidad a plagas.
El consejo: Considera la fertilización regular según las necesidades de tu tipo de césped y la estación. En cuanto al riego, es mejor un riego profundo y menos frecuente que riegos superficiales y diarios. Así, las raíces crecerán buscando el agua en profundidad, haciendo el pasto más resistente a la sequía.